Estaba sentado como siempre con Tomás, mi hermano, conversando sobre la fiesta del viernes pasado, cuando de pronto escuchamos que 3 chicas se estaban riendo muy fuerte, cuando volteamos se callaron, avergonzadas se quedaron.
Al día siguiente la instructora con la psicóloga entraron furiosas al salón y mostraron un cuaderno preguntando de quien era.
Carla levantó la mano y dijo es mío, en seguida se la llevaron a la dirección pero detrás de ellas fueron sus dos amigas Karina y Samantha, ellas estaban preocupadas y tristes.
En ese momento decidí sentarme cerca del sitio de ellas para saber que había pasado, regresaron dos nerviosas y una muy seria, se pusieron a cuchichiar sobre algún dibujo que hicieron y como me vieron se callaron.
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